Aunque la capital de Marruecos es Rabat, Casablanca, con una población de más de 4 millones de habitantes, es la ciudad más poblada de Marruecos y el Magreb y es también el centro económico, industrial y financiero del país y alberga el segundo puerto más grande en el norte de África. La mayoría de las multinacionales presentes en Marruecos tienen su sede aquí.
Casablanca no es una ciudad bonita. Arquitectónicamente, aparte de la mezquita Hassan II, no hay mucho que ver. Es una ciudad donde los nuevos edificios de estilo occidental contrastan con los barrios marginales del tercer mundo. Una ciudad bastante ajetreada, donde la vida fluye a toda velocidad por sus amplias carreteras.
Sobre el transporte público es mejor no hablar de eso, en la parada de autobús puedes prescindir de mirar el horario, los autobuses además de estar abarrotados llegarán cuando llegarán, si llegarán. Esto, además de la desorganización del sistema de transporte, también se debe a infraestructuras inadecuadas que son la causa de continuos atascos.
El clima de Casablanca es realmente bueno, con temperaturas máximas que van desde los 28°C en agosto hasta los 18°C en enero y con una temperatura media de unos 19°C.
Por lo que se refiere a la seguridad, Casablanca puede no ser la ciudad más insegura del mundo, pero ciertamente tampoco es la más segura, por lo que no es recomendable moverse solo por la noche.
Vivir en Casablanca no es caro. Encontrar un alojamiento asequible no es difícil, rondamos los 300 dólares al mes. En el centro, los precios son más altos, pero recomiendo evitar los suburbios, a menos que quieras que te roben incluso a plena luz del día.
La gente siempre es muy sociable y servicial. Pero esta actitud podría tener dos fines diferentes. Hay personas genuinamente interesadas en conocerte, hospedarte y ayudarte si es necesario. Otros, en cambio, quisieran utilizar esta amistad para poder aprovecharse de ti de alguna forma. Y en el peor de los casos podrías incluso ser víctima de estafas o robos. Así que mantente siempre alerta y evalúa cuidadosamente a las personas, te recomiendo que busques tus amistades entre tus vecinos o compañeros de trabajo.
Sin embargo, esto no debe desanimarte de intentar integrarte con la población local y evitar salir solo con otros extranjeros o compatriotas.
El francés y el árabe son los idiomas que hablan los habitantes de Casablanca, algunos incluso saben inglés. Absolutamente debes saber francés y si también supieras árabe sería perfecto.
Casablanca es quizás la ciudad más liberal de Marruecos, pero sé siempre consciente y respetuoso con la cultura del país de acogida y recuerda que aunque Marruecos es considerado el país islámico más liberal, siempre estás en un país musulmán.
- El hombre es superior a la mujer. Por lo general, la mujer se queda en casa o en la familia. Las actividades al aire libre están encomendadas a los hombres.
- No se acepta ser gay. La homosexualidad es un crimen y es considerada un pecado por el Islam
- Evite hablar de política, religión y criticar al rey
- Las mujeres occidentales deben acostumbrarse a cubrirse el cuerpo en la calle si no quieren llamar demasiado la atención de los hombres marroquíes
- Evita, si es posible, el período de Ramadán, te encontrarás con gente cansada por todas partes esperando la puesta de sol para poder comer
Tendrás que adaptarte a muchas costumbres y hábitos culturales diferentes a los que estabas acostumbrado. Tendrás que aprender a convivir con la corrupción, acostumbrarte a que la gente no respeta horarios, no respeta colas y tienen poco respeto por los animales.
En cuanto al empleo, Casablanca es el motor económico del país y aquí se concentra la mayor parte de los puestos de trabajo para extranjeros. Si estás interesado en trabajar en Casablanca, te recomiendo que leas el artículo: Vivir y trabajar en Marruecos
Vivir y trabajar en Casablanca pros y contras
Vivir en Casablanca, pros
- Gente amable y hospitalaria
- Buena cocina
- Excelente clima
Vivir en Casablanca, contras
- Pocas oportunidades de trabajo
- Salarios bajos
- Falta de higiene
- Tráfico y conducción sin reglas
- Falta de respeto a las minorías
- Servicios insuficientes (escuela, salud, transporte, etc.)
- Falta de seguridad